El movimiento de
rotación de la Tierra determina los puntos cardinales. El norte y el sur
corresponden a los extremos del eje terrestre. Como la Tierra gira de
oeste a este, vemos salir el Sol por el oriente o este, y ponerse por el
poniente u oeste. Para orientarnos nos guiamos por esos puntos, pero no
basta conocer sólo la dirección, sino que se necesita la posición exacta
de un punto determinado.
Esto
significa un
sistema
de líneas imaginarias de la superficie terrestre representadas en la
cuadrícula de un mapa; se extienden de un polo a otro en el caso de los
meridianos, y de este a oeste en el caso de los paralelos.
Los meridianos están numerados de 0º a 180º tanto hacia el E (este) como
hacia el W (oeste), a partir del meridiano de Greenwich considerado como
el meridiano origen. Los meridianos se conocen también por líneas de
longitud.
Los
paralelos o líneas de latitud discurren paralelas al ecuador. Su
longitud va siendo menor a medida que se alejan del mismo, hasta
convertirse en un punto en los polos. Los paralelos están numerados de
0º, en el ecuador, a 90º, en los polos. Las líneas de latitud y longitud
se utilizan para fijar la posición de los puntos de la superficie
terrestre a través de un sistema de coordenadas.
Los
nombres de Latitud y Longitud fueron empleados por primera vez por
Ptolomeo como sistema de coordenadas geométricas, también llamadas
coordenadas geográficas, provienen de los antiguos mapas del
Mediterráneo, que por su forma alargada tenía unas dimensiones que
podían llamarse largas (longus) de Este a Oeste y anchas (latus) de
Norte a Sur. Se utilizan para definir la localización de lugares en la
superficie terrestre. La latitud, que proporciona la localización de un
lugar al norte o al sur del ecuador, se expresa con medidas angulares
que van desde 0° en el ecuador hasta 90° en los polos. La longitud, la
localización de un lugar al este o al oeste de una línea norte-sur
denominada meridiano de referencia, se mide en ángulos que van de 0° en
el meridiano de origen (meridiano de Greenwich) a 180° en la línea
internacional de cambio de fecha.
A mitad de camino entre los dos polos, el ecuador, un círculo máximo (es
decir, un círculo cuyo centro es también el centro de la tierra), divide
la tierra en dos hemisferios: el hemisferio norte y el hemisferio sur.
Paralelos al ecuador, y al norte y al sur de él, hay una sucesión de
círculos imaginarios separados por intervalos uniformes, círculos que
reducen su radio a medida que se acercan a los polos. Esta serie de
círculos que van de este a oeste, conocidos como paralelos de latitud,
se cruzan formando ángulos rectos con una serie de semicírculos que se
extienden de norte a sur, desde un polo hasta el otro, denominados
meridianos de longitud.
Tradicionalmente, los cálculos para determinar la latitud de un punto
eran la estimación de la altura del Sol sobre el horizonte por medio de
un sextante y la localización de la estrella polar en el hemisferio
norte y de la Cruz del Sur en el hemisferio sur. Establecer la longitud
de un punto fue más complicado: hasta finales del XVII establecer la
longitud de un punto en tierra tenía solución, pero en el mar era muy
difícil de determinar; por ello se deformaron los mapas antiguos, y hubo
muchos problemas para la demarcación de los territorios portugueses y
españoles en el Atlántico, después del descubrimiento de América.
Aunque es lógica la elección del ecuador, por ser el mayor (como
paralelo de origen), no se calificó ningún meridiano de principal. Hasta
que se llegó a un acuerdo sobre un único meridiano de origen, cada
nación podía elegir libremente el suyo. El resultado de esto fue que, en
el siglo XIX, muchos mapas del mundo no tenían unas coordenadas
uniformizadas. El problema se resolvió en 1885, cuando 25 países
adoptaron oficialmente un meridiano de origen, que pasa por el Real
observatorio de Greenwich, en Londres, dentro de un acuerdo que
establecía un sistema horario universal. Un indicador metálico en
Greenwich muestra su localización exacta.
Aunque, en teoría, los grados de longitud están espaciados de forma
uniforme, el suave aplastamiento de los polos causado por la rotación de
la tierra hace que la longitud de un grado de latitud varíe desde 110,57
km en el ecuador a 111,70 km en los polos. En el ecuador, los meridianos
de longitud separados por un grado se encuentran a una distancia de
111,32 km; en los polos, los meridianos convergen. Cada grado de
longitud y latitud se divide en 60 minutos y cada minuto en 60 segundos.
De este modo se puede asignar una localización precisa a cualquier lugar
de la tierra.
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